“La trata de personas es un crimen devastador que atenta contra lo más profundo de nuestra humanidad”, afirma Enrique Lilljedahl, abogado, juez y docente, al presentar su obra La trata de personas: un crimen global y cruel que atenta contra la dignidad humana.
En esta entrevista, nos transmite no solo su conocimiento profundo sobre el tema, sino también una inquebrantable pasión por combatirlo.
– ¿Qué lo llevó a escribir esta obra?
– Lo que me impulsó a abordar la trata de personas fue mi experiencia profesional. Como abogado, docente y juez, me enfrenté a casos que me hicieron comprender que este delito no solo atenta contra la dignidad humana, sino que deshumaniza a las víctimas, las priva de su derecho a decidir y de construir un proyecto de vida. La trata es la esclavitud del siglo XXI, una práctica cruel que causa sufrimiento extremo y genera enormes ganancias para los explotadores, quienes se benefician del abuso y de la nula inversión en condiciones dignas de trabajo.
– ¿Cómo fue el proceso de investigación?
-El camino fue largo y laborioso. Comprender la magnitud de la trata, sus redes y su impacto en las víctimas requiere escuchar, empatizar y aprender. Mi experiencia como juez me permitió interactuar con víctimas, psicólogos y profesionales que tratan estas problemáticas. Las víctimas, muchas veces invisibilizadas, necesitan tiempo y ayuda para reconocerse como tales. Sus testimonios son desgarradores y reflejan las cicatrices profundas que este crimen deja.
– ¿Qué impacto espera generar con este libro?
– El objetivo es interpelar a la sociedad, romper con la naturalización de la explotación y visibilizar la cantidad de trata que permanece oculta. Desde prostíbulos hasta talleres textiles, desde explotación laboral hasta el tráfico de órganos, el crimen de la trata tiene múltiples caras, todas igualmente brutales. Quiero que este libro sirva para abrir los ojos y generar cambios sociales, políticos y judiciales para combatirlo.

– ¿Cuáles son las principales barreras para combatir la trata?
-Existen muchas. Primero, la vulnerabilidad social: las víctimas suelen ser migrantes, pobres o marginadas. Segundo, la globalización, que facilita la creación de redes transnacionales de crimen organizado. Finalmente, las barreras culturales, que a menudo ocultan o justifican prácticas inhumanas. Combatir la trata requiere cooperación entre países, políticas públicas firmes y un cambio cultural que permita ver este delito en toda su crudeza.
– ¿Qué rol cumplen las políticas públicas en este tema?
– Las políticas públicas para revertir los patrones de perjuicio y despersonalización de las víctimas son elementales porque abarcan varias cuestiones. Por un lado, está la prevención del delito: el Estado tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad y formular políticas activas. Pero, además, se necesita abordar los procesos de despersonalización que enfrentan las víctimas, quienes a menudo padecen estrés postraumático. Es fundamental que estas personas puedan reincorporarse a la sociedad, al mercado laboral y a procesos educativos, además de restablecer vínculos familiares, ya que muchas veces son discriminadas por haber sido víctimas.
El Estado debe garantizar asistencia psicológica, protección, asignación de trabajo y la preparación adecuada para reinsertarse en la sociedad. También es fundamental que el Poder Judicial castigue los delitos relacionados, pero, al mismo tiempo, que sepa distinguir cuando una persona acusada es, en realidad, una víctima de las redes de trata. Muchas veces, las redes fuerzan a las víctimas a cometer delitos como el tráfico de drogas o la explotación de otros. Saber identificar esta diferencia es esencial para evitar que una víctima termine convertida en victimaria.
Compromiso con una causa urgente
La obra de Lilljedahl trasciende el concepto de libro: es un llamado urgente a la acción. “La trata es uno de los mayores flagelos de nuestro tiempo, y no podemos mirar hacia otro lado”, declara con firmeza. Su voz, que transmite conocimiento y empatía, enfatiza que esta lucha no se limita a los tribunales o a las páginas escritas: debe vibrar en el corazón de la sociedad.
Sobre el autor
Enrique Lilljedahl es abogado egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, especialista en Justicia Constitucional y Derechos Humanos por la Universidad de Bolonia, y cuenta con orientaciones en Derecho Constitucional y Procesal Constitucional (2022) y en Justicia Penal y Delitos Complejos (2023). Es docente en la Universidad Nacional de Catamarca y juez de Cámara en el Tribunal Oral Federal de esa provincia. Su experiencia en el Consejo de la Magistratura y su labor en reformas legales lo posicionan como un referente en la materia.
Entrevista: Red de Noticias