El retorno de Ángel Di María a Rosario Central marca un hito para el club y plantea nuevos desafíos para la ciudad. El futbolista, ídolo y campeón del mundo con la Selección Argentina, vuelve tras una exitosa carrera en Europa para cerrar su trayectoria profesional en el club que lo vio nacer.
Di María, de 37 años, llega en un contexto de alta expectativa deportiva y social. Su regreso no solo busca potenciar el plantel de Central en la Liga Profesional, sino que también promete un impacto económico y simbólico en Rosario. Se espera un aumento en la venta de abonos, merchandising y una mayor concurrencia al Gigante de Arroyito, que ya planea mejoras para recibir al ídolo.
El desafío no será menor: el club deberá gestionar la presión mediática y deportiva que implica tener una figura de su talla, mientras la ciudad deberá reforzar cuestiones de seguridad y logística ante la previsible conmoción social.
Con este regreso, Rosario Central apunta no solo a crecer deportivamente sino a reafirmar su identidad y tradición futbolística. Di María, por su parte, afronta la posibilidad de retirarse dejando una marca profunda en el fútbol argentino y en la historia del club.
