Un terremoto de magnitud 7,4 sacudió este viernes la región fronteriza entre Myanmar y Tailandia, dejando un saldo trágico de al menos 1000 personas fallecidas y 1.670 heridas, según las cifras oficiales difundidas por las autoridades birmanas. El epicentro se registró en la región de Shan, al noreste de Myanmar, una zona montañosa y de difícil acceso, lo que complica las tareas de rescate.
El sismo provocó el colapso de cientos de viviendas, templos y edificios públicos. Las imágenes difundidas muestran la magnitud del desastre: comunidades enteras destruidas, caminos cortados y hospitales colapsados. Además, se sintió con fuerza en ciudades importantes como Chiang Rai y Chiang Mai, en Tailandia, donde también se reportaron daños materiales.
Las autoridades locales y organismos humanitarios trabajan contra reloj en la búsqueda de sobrevivientes. Brigadas de rescate, soldados y voluntarios están desplegados en las zonas más afectadas, aunque las condiciones geográficas dificultan el acceso. Se teme que el número de víctimas aumente en las próximas horas.
El terremoto es uno de los más devastadores de los últimos años en la región y ha generado una ola de solidaridad internacional. Países vecinos y organizaciones como la Cruz Roja ya han comenzado a enviar ayuda humanitaria. El gobierno de Myanmar declaró el estado de emergencia en las zonas más afectadas, mientras continúa la evaluación de los daños.
