Durante 2024, la producción no convencional de Vaca Muerta permitió aumentar las exportaciones de petróleo un 42%, generando un superávit comercial energético superior a los U$S 5.400 millones, el más alto en más de una década.
El crecimiento del shale oil y shale gas permitió compensar el declive de los yacimientos convencionales, disminuir importaciones y aumentar los saldos exportables. En el caso del petróleo, la producción alcanzó los 706.000 barriles diarios (68% provenientes de yacimientos no convencionales), mientras que las exportaciones pasaron de 72.000 a 183.000 barriles diarios en los últimos cuatro años.
En gas natural, la producción creció 5,7% interanual en octubre, con un incremento destacado en la cuenca Neuquina. Sin embargo, factores como la falta de equipos y limitaciones en la infraestructura de transporte afectaron el pleno potencial. Para 2025, se prevén inversiones de más de U$S 10.000 millones en nueva infraestructura que potenciarán aún más el sector.
A pesar de los desafíos en términos de transporte y tecnología, la provincia de Neuquén continúa consolidándose como un pilar del sector energético argentino. Con 47 concesiones hidrocarburíferas no convencionales activas y compromisos de inversión que superan los U$S 200.000 millones, la región se perfila como líder indiscutido en la generación de energía. Estas cifras reflejan no solo el potencial de la formación Vaca Muerta, sino también el trabajo conjunto entre el sector público y privado para maximizar el impacto económico.
El desarrollo sostenido del shale oil y gas en Vaca Muerta no solo fortalece la economía nacional, sino que además posiciona a Argentina como un jugador clave en los mercados energéticos globales. La capacidad de producción y exportación continuará creciendo en los próximos años, contribuyendo significativamente al ingreso de divisas y la generación de empleo en toda la cadena productiva.