La fuerte devaluación del real brasileño, que esta semana alcanzó mínimos históricos frente al dólar, genera preocupaciones por su impacto en la relación comercial entre Argentina y Brasil, principal socio comercial de nuestro país. La depreciación del 4% del real en las últimas jornadas, sumada al plan fiscal presentado por el gobierno de Lula da Silva, plantea un escenario desafiante para ambas economías.
El plan fiscal brasileño, anunciado por el ministro de Economía Fernando Haddad, incluyó recortes por 70.000 millones de reales (u$s11.800 millones) y exenciones impositivas para aliviar la carga sobre la clase media. Sin embargo, el mercado consideró estas medidas insuficientes para resolver las tensiones fiscales, llevando a una depreciación del real y presionando al Banco Central de Brasil a incrementar la tasa SELIC en 50 puntos básicos, hasta el 11,25%.
Para Argentina, la devaluación del real podría traducirse en un encarecimiento de las exportaciones hacia Brasil y un abaratamiento de las importaciones desde el país vecino, impactando en la balanza comercial. Analistas advierten que, de extenderse esta situación, el déficit de cuenta corriente argentino podría agravarse, aumentando la presión sobre las cuentas fiscales y el esquema cambiario del país.
Además, el contexto brasileño tiene un componente estructural: con una deuda doméstica que asciende al 65% de su PBI, el incremento de tasas podría alimentar un círculo vicioso de mayor déficit y presión fiscal. Esto podría afectar la demanda de productos argentinos, considerando que la crisis económica en Brasil tiende a repercutir directamente en su nivel de actividad y, por ende, en el comercio bilateral.
Mientras la apreciación del peso argentino se mantiene estable en un contexto de crawling peg, la situación del real y las medidas del gobierno brasileño serán factores clave para monitorear en las próximas semanas. La evolución de la economía de Brasil no solo es crucial para su estabilidad, sino también para la sostenibilidad del comercio bilateral y el equilibrio fiscal argentino.